La arquitectura orgánica es una corriente que busca la armonía entre la creación humana y el
hábitat natural. Surge a principios del siglo XX en contraposición a la arquitectura majestuosa y ornamental a la que acostumbraba aquella época. Se produjo un cambio de mentalidad, volviendo a pensarse en la vivienda con su verdadera función; a ésto se dedicó el movimiento racionalista, pero los organicistas fueron más allá, eliminando las fronteras que sugerían las formas ortogonales simples y utilizando los recursos que la naturaleza les brindaba; este movimiento es uno de los precursores de la arquitectura actual:
Uno de los mas importantes representantes de esta corriente fue el norteamericano Frank Lloid Wright. Un buen ejemplo es su Waterfalling House en Pensilvania, que, aunque está construida completamente con formas ortogonales, se desarrolla enteramente en torno a la cascada, siendo ésta el elemento más importante.
Hans Scharoun, arquitecto alemán del siglo XX fue uno de los principales exponentes de la arquitectura orgánica.
Podemos tomar cualquiera de sus grandes obras, como la casa Schminke o la Filarmónica de Berlín para observar las características del organicismo, pero en las obras pequeñas, como la casa 33 de Weissenhof Siedlung también se encuentran estas genialidades.
Lo primero que llama la atención es la sensación de amplitud que proporciona, aún siendo una de las casas más pequeñas de toda la colonia. Esto lo consigue gracias a la eliminación de muros interiores, separando los diferentes ambientes mediante otros recursos, como la ligera diferencia de alturas o el diferente color de los techos.
También llama la atención los acertados ventanales situado al sudeste, que deja entrar la luz solar solo durante el invierno, contrarrestando tanto las bajas temperaturas del invierno en Stuttgart, como las altas del verano.
Scharoun aprovecha también la ligera sobre elevación del terreno para asegurar la privacidad de la planta baja y el jardín con una pequeña tapia.
La casa tiene una cuidada distribución según las funciones de la misma: nada más entrar aparece un hall en el que puedes seguir de frente para acceder a la parte social de la casa o subir por las escaleras de la derecha a la zona de los dormitorios y la terraza. Una vez dentro de la zona social hay un pasillo que atraviesa la casa por la mitad, dejando a la derecha la zona de cocina y despensa y a la izquierda la zona de recreo, con una salida directa al patio mediante unas puertas acristaladas. Este acceso en vidrio es otro de los factores que aumenta la sensación de amplitud.
Este es un muy buen ejemplo de cómo una obra organicista puede hacer de las obras más insignificantes estos grandes y magníficos espacios.