El muro en cuestión está formado por dos hileras paralelas de ladrillo que sustentan un arquitrabe de hormigón; la valla está incluida en el arquitrabe formando un mismo sólido. Está pintado en blanco para no desentonar con el contexto de la Weissenhof. El ensanchamiento, a parte del camino tiene una zona recubierta de madera tratada para diferenciar la zona de recreo de la zona de tránsito. El ensanchamiento está sustentado por columnas de 50 centímetros de diámetro de hormigón.
lunes, 23 de febrero de 2015
Entrega práctica 1. Muro Weissenhof Siedlung.
Este es el resultado del muro ideado en la anterior publicación. Se trata de un muro de 3 metros de ancho por 3 de alto más 1 metro de valla, alcanzando en la zona sur una anchura de 10 metros.
El muro en cuestión está formado por dos hileras paralelas de ladrillo que sustentan un arquitrabe de hormigón; la valla está incluida en el arquitrabe formando un mismo sólido. Está pintado en blanco para no desentonar con el contexto de la Weissenhof. El ensanchamiento, a parte del camino tiene una zona recubierta de madera tratada para diferenciar la zona de recreo de la zona de tránsito. El ensanchamiento está sustentado por columnas de 50 centímetros de diámetro de hormigón.
El muro en cuestión está formado por dos hileras paralelas de ladrillo que sustentan un arquitrabe de hormigón; la valla está incluida en el arquitrabe formando un mismo sólido. Está pintado en blanco para no desentonar con el contexto de la Weissenhof. El ensanchamiento, a parte del camino tiene una zona recubierta de madera tratada para diferenciar la zona de recreo de la zona de tránsito. El ensanchamiento está sustentado por columnas de 50 centímetros de diámetro de hormigón.
lunes, 16 de febrero de 2015
No todo son líneas rectas.
La arquitectura orgánica es una corriente que busca la armonía entre la creación humana y el
hábitat natural. Surge a principios del siglo XX en contraposición a la arquitectura majestuosa y ornamental a la que acostumbraba aquella época. Se produjo un cambio de mentalidad, volviendo a pensarse en la vivienda con su verdadera función; a ésto se dedicó el movimiento racionalista, pero los organicistas fueron más allá, eliminando las fronteras que sugerían las formas ortogonales simples y utilizando los recursos que la naturaleza les brindaba; este movimiento es uno de los precursores de la arquitectura actual:
Hans Scharoun, arquitecto alemán del siglo XX fue uno de los principales exponentes de la arquitectura orgánica.
Podemos tomar cualquiera de sus grandes obras, como la casa Schminke o la Filarmónica de Berlín para observar las características del organicismo, pero en las obras pequeñas, como la casa 33 de Weissenhof Siedlung también se encuentran estas genialidades.
Lo primero que llama la atención es la sensación de amplitud que proporciona, aún siendo una de las casas más pequeñas de toda la colonia. Esto lo consigue gracias a la eliminación de muros interiores, separando los diferentes ambientes mediante otros recursos, como la ligera diferencia de alturas o el diferente color de los techos.
También llama la atención los acertados ventanales situado al sudeste, que deja entrar la luz solar solo durante el invierno, contrarrestando tanto las bajas temperaturas del invierno en Stuttgart, como las altas del verano.
Uno de los mas importantes representantes de esta corriente fue el norteamericano Frank Lloid Wright. Un buen ejemplo es su Waterfalling House en Pensilvania, que, aunque está construida completamente con formas ortogonales, se desarrolla enteramente en torno a la cascada, siendo ésta el elemento más importante.
Hans Scharoun, arquitecto alemán del siglo XX fue uno de los principales exponentes de la arquitectura orgánica.
Podemos tomar cualquiera de sus grandes obras, como la casa Schminke o la Filarmónica de Berlín para observar las características del organicismo, pero en las obras pequeñas, como la casa 33 de Weissenhof Siedlung también se encuentran estas genialidades.
Lo primero que llama la atención es la sensación de amplitud que proporciona, aún siendo una de las casas más pequeñas de toda la colonia. Esto lo consigue gracias a la eliminación de muros interiores, separando los diferentes ambientes mediante otros recursos, como la ligera diferencia de alturas o el diferente color de los techos.
También llama la atención los acertados ventanales situado al sudeste, que deja entrar la luz solar solo durante el invierno, contrarrestando tanto las bajas temperaturas del invierno en Stuttgart, como las altas del verano.
Scharoun aprovecha también la ligera sobre elevación del terreno para asegurar la privacidad de la planta baja y el jardín con una pequeña tapia.
La casa tiene una cuidada distribución según las funciones de la misma: nada más entrar aparece un hall en el que puedes seguir de frente para acceder a la parte social de la casa o subir por las escaleras de la derecha a la zona de los dormitorios y la terraza. Una vez dentro de la zona social hay un pasillo que atraviesa la casa por la mitad, dejando a la derecha la zona de cocina y despensa y a la izquierda la zona de recreo, con una salida directa al patio mediante unas puertas acristaladas. Este acceso en vidrio es otro de los factores que aumenta la sensación de amplitud.
Este es un muy buen ejemplo de cómo una obra organicista puede hacer de las obras más insignificantes estos grandes y magníficos espacios.
Un simple muro.
En la zona norte de una ciudad como Stuttgart, la sexta ciudad más grande de alemania, anfitriona de las principales centrales de la industria del automóvil (porsche, daimler, mercedes-benz...) y arrullada por un clima envidiado por todo el norte de europa (30-35 grados en verano) se encuentra la weissenhof Siendlung, una urbanización en la que han participado los más celebres arquitectos del siglo XX, liderados por Mies Van der Rohe.
La proyección y construcción de este complejo se prudujo alrededor de 1927. Por aquel entonces la weissenhof estaba situada en una zona periférica de la ciudad. Pero como las ciudades crecen, las necesidades humanas cambian y las cosas novedosas se van quedando obsoletas, para adaptarse al Stuttgart de 2015, esta colonia necesita un cambio.
El constante tránsito de vehículos, habitantes y turistas ha hecho que las estrechas aceras construidas a principios del s. XX no sean suficiente para soportar toda esta densidad de tráfico. Al llenarse de construcciones los alrededores de esta zona, ya no hay zonas para disfrutar del caluroso clima de la ciudad. El tráfico no permite que los niños pequeños puedan salir a la calle sin supervisión.
El muro aquí ideado es una pequeña inyección de vitalidad para adaptar a los nuevos tiempos esta célebre urbanización:
La propuesta es un muro caminado que atraviese la Weissenhof por el lado norte, comunicando todas las viviendas de la zona mediante escaleras.
El muro deberá tener al menos 3 metros de alto, para permitir el paso de los coches bajo él en determinados puntos, por tres metros de ancho para un cómodo tránsito de personas.
En la zona oeste se producirá un ensanchamiento del muro permitiendo conseguir una zona de recreo en forma de terraza sobre el y otra de sombra bajo él.
ESta operación permitira adaptar la urbanización a las nuevas necesidades de esta ciudad.
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